viernes, 2 de abril de 2010

Afrontame una vez mas


Me sentia tenso como un recluta novato, me dije: Mira alla ahi un grupo de arboles¡¡ Sus sombras me parecian muy adecuadas a mis propositos. Se encontraban a unos cincuenta pasos. Cuando hayamos recorrido veinte, le dire algo a Violeta para aliviar la tension y durante los siguientes treinta pasos bastara con que mantengamos una conversacion normal. Despues de dar el paso cincuenta, bajaremos la velocidad a la que andamos y nos detendremos para contemplar el panorama que se extendia hacia el fondo del mar. Entonces pondre mi mano sobre el hombro de Violeta. E incluso podria decir en voz baja: "Estar aqui contigo es algo que habia soñado" Entonces Violeta contestaria con una frase inocente. Hare presion con la mano sobre su hombro, y le imprimire un giro, poniendola de cara a mi. Y luego, la unica tecnica que debo emplear es la misma que utilice con Yazmin.

Jure interpretar mi papel fielmente. Aquello nada tenia que ver con el amor ni con el deseo...

Violeta estaba ya en mis brazos. Respiraba torpente, se le enrojecian las mejillas hasta parecer de fuego y cerro sus ojos. Sus labios eran infantilmente bellos. Pero no suscitaban deseos en mi. Sin embargo, consevaba esperanzas de que algo ocurriera en mi interior en cualquier instante. Si, sin la menos duda, cuando la bese descubrire mi normalidad, descubrire el amor sin ficciones.

La maquina en mi muñeca seguia avanzando, con un sonido de muerte.. tic tac... tic tac.. aceleradamente, relacionado al ritmo cardiaco tan violento que era el mio y tan odiado por mi. Nada podia ya detener ese momento.

Cubri sus labios con los mios. Paso un segundo.. No senti la mas leve sensacion de placer. Dos segundos.. Lo mismo que antes. Tres segundos.. Lo comprendi todo.
Me aparte de ella y me quede unos instantes contemplandola con mi mirada triste. Si en aquel momento Violeta me hubiera mirado a los ojos habria mostrado la indefinible naturaleza de mi amor por ella. Fuera lo que fuera, nadie podria decir si aquel amor era o no era humanamente posible o.. quizas no lo fuera. Pero Violeta, dominada por la verguenza y por una inocente alegria, mantuvo la vista baja, quieta como una muñeca.

Sin decir una palabra, la cogi del brazo, como una invalida y empeze a correr junto a ella como si estuviera escapando de toda la maldad que alguna vez albergo mi confundido corazon.

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